Evaristo Aguado. Pionero en el coaching a universitarios.
59 años. De Cádiz. Vive en Barcelona. Director de formación, asesoramiento y coaching de la Universidad Internacional de Cataluña. Numerario del Opus Dei, “Dios me llama a hacer cosas en mi profesión”. Frase: “El amor mueve al mundo”.
Industria humana
La Obra llama a la santidad en el trabajo. Para Evaristo es sólo una forma de lograr las cosas ya que “en la vida estamos para ser felices, no para trabajar”. Su verdadero motor siempre han sido las personas, una energía que ahora le permite encarar con ánimo el cáncer de piel al que se enfrenta. Después de trabajar muchos años como director de recursos humanos en grandes empresas, actualmente comparte su experiencia y sabiduría asesorando a docentes y alumnos en la universidad. Se dedica al afamado coaching, una metodología que pretende hacer pensar y, posteriormente, hacer actuar a los alumnos. De todas formas, Evaristo estará de acuerdo conmigo si le digo que, en el fondo, a lo que se dedica es a amar a los demás formándoles como personas.
Siempre le veo echando piropos.
A la gente hay que motivarla, decirle lo mejor que tiene. Todo el mundo tiene muchas cosas buenas dentro.
¿A eso se dedican los coach?
Con el coaching se busca que el coachee tenga un autoconocimiento profundo de sí mismo a través de la reflexión personal. Eso se consigue haciéndole preguntas socráticas, encaminándole en sus objetivos y, sobre todo, sabiéndole escuchar.
¿El autoconocimiento pleno lleva a la plenitud?
La plenitud es la felicidad. Si una persona al autoconocerse acepta como es y se propone objetivos normales que él puede alcanzar y es capaz de llegar a disfrutar de los mismos, conseguirá la felicidad. La felicidad se puede conseguir en esta tierra, ¡eh! Sigue leyendo